PEQUEÑOS PROYECTOS DE VIDA
La vida contemplativa
Me levanto. Despierto agradeciendo y luego, poco a poco, sin afán, me muevo por la casa, camino.
Barrer es despejar la mente, lavar como ejercicio consciente, limpiar.
Extiendo el mat. Respiro. Saludo al sol, así estemos en invierno.
Pelar la fruta y cortarla muy pequeña. Comerla en ese pequeño pocillo que guardo hace 5 años de mi último viaje a Amsterdam.
Un sandwich con queso que se funde y pesto. No tenía tomate, pero fue suficiente.
La vida amanece lenta.